San José con San Pascual
En las primeras horas de una mañana de agosto, cuando el calor del día aún no ha hecho acto de presencia, Almansa se despierta bajo una suave brisa que invita a la actividad. La luz cálida del amanecer acaricia la ciudad, reflejándose en las fachadas de su arquitectura urbana, pintando las calles con tonos dorados y sombras largas.
En esta escena tranquila, una mujer se ejercita, aprovechando la frescura de la mañana para revitalizar cuerpo y mente. Es uno de los momentos más preciados del día, un ritual matutino que no solo tonifica sus músculos, sino que también llena su espíritu de energía.
Las calles aún están en silencio, interrumpido solo por el suave sonido de sus zapatillas sobre el pavimento y el canto ocasional de un pájaro. Este momento de paz y movimiento es un tributo a la vitalidad y al deseo de comenzar el día con propósito. Es en estos instantes donde la ciudad de Almansa se muestra en toda su belleza y calma, ofreciendo un refugio para quienes buscan empezar su jornada con una conexión íntima con el entorno y consigo mismos.
Este breve instante, capturado en la fotografía, es un testimonio del poder rejuvenecedor de las primeras horas del día. Es un recordatorio de que, en la quietud del amanecer, se encuentra una fuente inagotable de energía y inspiración para afrontar el resto del día con determinación y alegría.
En esta escena tranquila, una mujer se ejercita, aprovechando la frescura de la mañana para revitalizar cuerpo y mente. Es uno de los momentos más preciados del día, un ritual matutino que no solo tonifica sus músculos, sino que también llena su espíritu de energía.
Las calles aún están en silencio, interrumpido solo por el suave sonido de sus zapatillas sobre el pavimento y el canto ocasional de un pájaro. Este momento de paz y movimiento es un tributo a la vitalidad y al deseo de comenzar el día con propósito. Es en estos instantes donde la ciudad de Almansa se muestra en toda su belleza y calma, ofreciendo un refugio para quienes buscan empezar su jornada con una conexión íntima con el entorno y consigo mismos.
Este breve instante, capturado en la fotografía, es un testimonio del poder rejuvenecedor de las primeras horas del día. Es un recordatorio de que, en la quietud del amanecer, se encuentra una fuente inagotable de energía y inspiración para afrontar el resto del día con determinación y alegría.
Parámetros de la fotografía:
Cámara: Canon EOS 6D. Longitud focal: 92mm. Apertura: ƒ/9. Velocidad: 1/320s. ISO: 100.
Muy bien aprovechado el reflejo